miércoles, 3 de marzo de 2010

...


Puntos suspensivos.
Nunca pensé ni imaginé ningún tipo de punto que separara nuestros nombres y vidas. A nosotros. A nuestra imágen y respiración.
Sí, quizás no nos sea tan difícil de sobrellevar la idea de nuestra tonta pérdida, estúpida ensoñación... pero hay que reconocer que el aire se huele distinto desde que no comparto la vida con tus ojos que idealicé como a un cielo.
Sí, obvio que también se me aprieta todo cuando te veo reemplazar. Objetos, personas, sueños, metas, mascotas, yo... pero a quién quiero engañar? Así está mejor.
No tengo que mirarte más, porque eso me haría llenarme de un odio que no quiero tenerte, me desgastaría y me haría retroceder a dónde no quiero volver, a lo que no quiero volver a sentir.
Prefiero guardarte en el rinconcito de mi corazón en el que brillás tan perfecto como alguna vez te ví, ese que sabés haber ganado y merecertelo.

No hay comentarios: