jueves, 11 de agosto de 2011

♦ Las condiciones mentales que suelen juzgarse como analíticas son, en sí mismas, muy difíciles de analizar. Las apreciamos únicamente por sus efectos. Conocemos de ellas, entre otras cosas, que son siempre para su posesor, cuando las posee en alto grado, fuente de goces vivísimos. Así como el hombre fuerte se entusiasma con sus aptitudes físicas, el analizador se deleita en esa actividad moral que se ejerce en desembrollar .-

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