Un precipicio insinuante y una trampa en la que no voy a caer.
Desaparecé del mundo y no deshojes más flores en busca del amor
que de tanto que lloró dejó de respirar fuego y encanto.
Sueños rotos y ganas partidas al medio en forma de zig-zag...
y yo ya no soy adicta a vivir mortificada y pendiente de cuidar a un necio inescrupuloso.
Ahora mis deseos llevan mi propio nombre y apellido,
la libertad se adorna con mi pelo, mis ojos y mis manos, eso y nada más .-
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