Fuerza omnipotente que baila en esta penumbra,
esos ojos del color que no llego a definir
porque de clavados en mí, perturban mi realidad.
Súplica inconstante de deseos que arden
por razones ajenas a la imperfección que nos distingue.
Aroma que se sacude bajo tus fosas nasales
gritando que no dejes de absorberme nunca.
Piel de cielo, de tierra, de aire y fuego.
Piel mía, piel tuya, piel nuestra. Piel.
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